¿La Fed realmente redujo sus compras de bonos durante el período de tres meses desde noviembre de 2013 hasta enero de 2014? Al parecer, no. De noviembre de 2013 hasta enero 2014 Bélgica, con un PIB de 480 mil millones de dólares, compró 141,2 mil millones dólares de bonos del Tesoro de EE.UU.. De alguna manera Bélgica llegó con el dinero suficiente para asignar durante un período de 3 meses el 29 por ciento de su PIB anual a la compra de bonos del Tesoro de EE.UU.. Evidentemente, Bélgica no tuvo un superávit presupuestario de 141.2 mil millones. ¿Tubo Bélgica un superávit comercial durante un período de 3 meses igual al 29 por ciento de Bélgica PIB? No, las cuentas comerciales y actuales de Bélgica están en déficit. ¿Acaso el banco central de Bélgica imprimió 141.2 mil millones de dólares en euros con el fin de hacer la compra? No, Bélgica forma parte del sistema del euro y su banco central no puede aumentar la oferta de dinero. Así que ¿de dónde vinieron los 141.200.000.000 de dólares?
Sólo puede haber una fuente. El dinero provino de la Reserva Federal de EE.UU., y la compra fue “lavada” a través de Bélgica con el fin de ocultar el hecho de que las compras de bonos por parte de la Reserva Federal durante noviembre de 2013 y enero de 2014 fueron 112 mil millones por mes.
En otras palabras, durante esos 3 meses hubo un fuerte aumento de las compras de bonos por la Reserva Federal en contraposición de su anuncio de reducción de su programa de flexibilización cuantitativa (QE). Las compras de bonos reales de la Fed en esos tres meses fueron de 27 mil millones al mes por encima de los 85 mil millones de compra mensual original y 47 mil millones dólares por encima de la compra oficial de los 65 mil millones dólares mensuales en ese momento. (En marzo de 2014, el QE oficial se disminuyó gradualmente hasta 55 mil millones por mes y un previsto de 45 mil millones para el mes de mayo). ¿Por qué la Reserva Federal tiene que comprar bonos por encima de los montos anunciados y por qué la Fed tiene que “lavar y ocultar” la compra?
¿Qué es la flexibilización cuantitativa? En suma, se trata de una medida desesperada de los bancos centrales para estimular una economía letárgica cuando las herramientas habituales, como las bajadas de los tipos de interés a corto plazo, ya no resultan efectivas. Tanto en la zona euro como en USA los tipos de interés se han mantenido a niveles muy bajos desde la crisis financiera de 2008. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, los bajos tipos no han sido suficientes para devolver la economía a la senda del crecimiento. Como no es posible seguir bajando los tipos, el ECB y la FED se han embarcado, en lo que podríamos describir como un acto de desesperación, en la peligrosísima navegación de la flexibilización cuantitativa, que es ni más ni menos que crear de la nada, electrónicamente, nuevo dinero en la cuenta del propio banco central mediante la oportuna anotación por ordenador. Estos fondos se usan a continuación para comprar activos, como los bonos soberanos, en un intento de aumentar la demanda de los mismos y de forzar a la baja la presión sobre los tipos de interés de los vencimientos más alejados en el tiempo, que normalmente son las fuerzas del mercado las que deben fijar, a diferencia de los tipos a corto plazo que marca el propio banco central.
Por descontado, una vez que el genio de la flexibilización cuantitativa ha salido de la botella, no hay banco central que resista la presión de los líderes políticos para usar estos fantásticos poderes de crear dinero para perseguir sus objetivos políticos. En el caso de USA, el programa de flexibilización cuantitativa de la FED se utiliza esencialmente para financiar los enormes déficits presupuestarios del gobierno federal, de forma que el dinero creado por la FED se invierte en comprar bonos del Tesoro ya emitidos. Con este mecanismo se está financiando una fracción significativa del tremendo déficit presupuestario del gobierno americano, lo que a su vez facilita a los políticos el aplazamiento de decisiones difíciles sobre recorte de gastos para reducir el déficit, al menos hasta después de las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre.
En el caso de Europa, la flexibilización cuantitativa es objeto de una manipulación política algo distinta, aunque igualmente destructiva. A través de su Opción de Refinanciación a Largo Plazo (LTRO), el ECB acepta prácticamente cualquier bono basura que los bancos europeos tengan en sus balances (en particular, los bancos españoles) como garantía para la emisión de préstamos de bajo interés a tres años de “nuevo dinero” para bancos con problemas, permitiéndoles así de hecho transmutar plomo en oro. De paso, este proceso transfiere los bonos basura a los abultadísimos balances del propio ECB.
Aunque esta medida tiene por objeto estimular la economía mediante una inyección de liquidez a los bancos que les permita prestar dinero a negocios y familias, el resultado es bien diferente. En la práctica, el dinero que reciben los bancos del programa de flexibilización cuantitativa del ECB se usa en gran medida para comprar bonos soberanos del país correspondiente, que ofrecen tipos de interés varios puntos superiores a los bajísimos tipos que carga el ECB en los préstamos LTRO. Mientras las empresas y familias continúan sin recibir financiación de los bancos con problemas, el uso del programa LTRO resulta muy provechoso para los propios bancos, ya que les permite obtener unos buenos beneficios dada la diferencia entre ambos tipos de interés. Igualmente contentos están los políticos con las compras masivas que los bancos realizan de bonos soberanos del propio país, que incrementan la demanda de dichos bonos, haciendo bajar sus tipos de interés y, en suma, ayudan a financiar los déficits presupuestarios a un coste menor.
En la historia económica mundial, nunca se ha llevado a cabo un experimento semejante de flexibilización cuantitativa a esta escala. Tampoco existen precedentes de que planteamientos de este tipo hayan conseguido devolver la salud a economía alguna, y los esfuerzos actuales tanto de la FED como del ECB están destinados también a fracasar. Fatalmente, a medida que la gran oferta de dinero creada sin base en la economía real vaya abriéndose camino en dicha economía, irá alimentando una burbuja de liquidez manifiesta en mayores precios del oro y otras materias primas, tales como el petróleo y los alimentos básicos. Esta misma burbuja conducirá finalmente a una reversión del actual ambiente deflacionario, con bajos tipos de interés, a subidas pronunciadas de la inflación, a las que seguirá la subida de los propios tipos de interés, cuando por fin los bancos centrales se vean forzados a aplicar medidas anti-inflacionarias.
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