1. Amadeo de Saboya
Después de la Gloriosa revolución de 1868 que destronó a la ninfómana Isabel II, España decidió apostar por algo tan exótico como una monarquía constitucional. Encontrar candidato fue tarea complicada, porque España ya tenía entonces fama de bono basura y país broncas.
El elegido fue un italiano, y por ahí que las cosas ya comenzaron torcidas. No sólo era italiano, sino que además Amadeo de Saboya era tolerante y todo lo vagamente progresista que podía ser un rey del XIX. Tal vez le faltó algo de cariño: a su gran valedor, el general Prim lo asesinaron dentro se su carruaje en un Madrid nevado justo en vísperas de su llegada.
Amadeo reinó entre 1870 y 1873 y el comité de bienvenida le preparó, aparte del atentado a Prim, una revuelta independentista en Cuba y una guerra carlista, con un ejército de barbudos de boinas rojas y curas sangrientos pegando tiros en los montes. Por lo demás, tuvo la oposición férrea de republicanos y de monárquicos Borbones. Amadeo resumió la situación con gran finura: "Ah, per Bacco, io non capisco niente. Siamo una gabbia di pazzi (No entiendo nada, esto es una jaula de locos".
Solo encontró consuelo ocasional en las novelas pornográficas francesas, pero hasta de la belleza se cansa uno. Su dimisión nos dejó una hermosa carta de renuncia.
2. Guti
Creador de la dimisión intermitente, característica de los vagos talentosos. No solo dimitía a ratos dentro de un partido, sino que también dimitió un par de veces en rueda de prensa porque, decía, quería sentir la libertad a lomos de una moto en Bangkok. Apareció y reapareció durante 14 años dejando tras de sí una formidable estela de tacones y ausencias. Los historiadores lamentan que no hubiese llegado a coincidir con Mourinho en el Madrid. Algo asombroso hubiese salido de esa colisión cósmica.
3. Ferrán Adriá
Cerró el restaurante más importante del mundo con la excusa de que quería tener tiempo para investigar. Es una de esas extrañas dimisiones en la cresta de la ola. Todavía es pronto para saber si era una táctica publicitaria, una espantada ante la llegada de la nueva ola de chefs daneses (como buenos hipsters, a los críticos del New York Times les mola cambiar de aires de vez en cuando), o mono de poder untar un huevo frito con patatas sin necesidad de inyectarle a la yema una bombona de butano.
4. Camacho
...o la dimisión reincidente. Sus dos espantadas en el banquillo del Madrid demuestran que el sudor de los sobacos no siempre es símbolo de valentía.
5. Guardiola
Una de las dimisiones más extraordinarias de la historia. Al igual que el Papa, abandonó de repente su cargo como representante de dios en la tierra.
6. Bartleby
Este personaje de un cuento de Herman Melville fue convertido por Vila Matas en símbolo del escritor que renuncia a escribir. Es una figura moral muy querida por los gacetilleros de prensa que desearían no escribir nunca, pero que no tienen el valor ni la holgura económica para hacerlo. En el fondo, la gran máxima de Bartleby “preferiria no hacerlo” no es tanto sinónimo de inactividad y vagancia, como de rebelión. La inactividad como subversión es una idea poderosísima.
7. Nixon
Acosado por el escándalo del espionaje político descubierto por dos reporteros del Washington Post, Nixon no tuvo más remedio que dimitir en una acción televisada en directo. En Estados Unidos este tipo de tramas producen la dimisión de un presidente, un premio Pulitzer, una película con nombre de western ('Todos los hombres del presidente'). Con una trama mucho más potente, en España tenemos a Floriano defendiendo los derechos de los trabajadores, a Ana Mato en pose feministasy a Rajoy en pantalla de plasma. Cuestión de nombres: Watergate suena submarino nuclear y Bárcenas a queso semicurado.
8. Esperanza Aguirre
Ejemplo de dimisión hiperactiva, porque desde que anunció su marcha entre lágrimas inconsolables de sus colaboradores no hemos dejado de verla y oirla en todas la radios, televisiones y reuniones del comité del PP. Después de toda una vida cobijada en el sector público, tal vez sintió curiosidad por saber qué era aquello de la empresa privada que tan fervorosamente defendió durante toda su vida. Se rumorea que Oliver Stone prepara un biopic sobre ella.
9. Víctor Valdés
El que durante años fuera la única rendija de optimismo para el Madrid ha anunciado su marcha al final de la temporada 2013/2014. No sabemos si quiere buscar nuevas experiencias o si la obligación de comenzar cada jugada con un haiku le ha pasado factura nerviosa.
10. El Papa
Los periodistas gustan de las conspiraciones en mundos herméticos, así que la dimisión de Benedicto fue recibida con kilos de confeti en las redacciones del mundo entero, salvo en Alfa y Omega. Aparte de las posibilidades literarias del asunto y del hecho de que sea la primera dimisión del portavoz de dios en la tierra desde la marcha de Guardiola, la renuncia de Benedicto arroja una evidencia científica: la reforma laboral de Fátima Báñez es un éxito.
11.Mariano Rajoy Brey
El deseado.
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Ja, ja ja, simplemente genial.
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